Si de tus ojos, un mar,
como olas de espuma,
las lágrimas veo brotar.
¿Qué hacer pudiera,
para tanta pena,
poder con mi voz calmar?
¿Un soneto a la alegría,
una oda quizás
o como Bécquer hacía;
las más dulces y tristes rimas?
Ay! Que me pierde esta boca
y la pasión de mi osadía.
Rafa Marín
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