Siete años en el Tibet,
siete vidas sin alma.
Siete fríos fantasmas,
siete novias sin
siete hermanos.
Un camino hasta la gloria,
con siete malditos pecados.
Siete días y 52 semanas,
atrapadas en los años.
Siete balas de plata,
virtudes huyendo de mis manos.
Rafa Marín
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