De este dolor,
que cada noche es tenaza,
¿qué podría decir yo?
Se irá,
cuando me salude ella
y su guadaña,
beso seguro que ya me besó.
Sentiré ...
otra vez el frío mármol en la espalda
y dejaré de ser al fin yo.
Recuerdo que te acompaña,
porque no puede ser amor.
Ilusión en la balaustrada,
qué se adorna con la sinrazón;
meras marcas en la espalda,
rápido latir de un corazón.
Lloverá dolor bajo la luna,
mil estrellas de efímero relumbrón;
Acuáridas que su vida gastan,
año tras año, sin piedad ni perdón.
Rafa Marín
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