De qué te quejas tú "señor",
si en cada acto que veo
manan de tus entrañas
la mentira y la maldad...
Tú boca siempre llena
del me roban hasta el pan
y te llenaste en "negro"
los bolsillos y la dignidad.
Que imposibles son en ti
la honradez y la humildad,
contratando a buen precio
a los que desesperados van.
Sin seguros ni contratos,
sin que Hacienda sepa "na".
Que vergüenza ahora siento
al oírte de los otros despotricar.
Rafa Marín
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