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miércoles, 12 de diciembre de 2018

Nochebuena (relato corto)

La cena de Nochebuena

La noche era mágica, pero hacía frío, comenzaba a nevar. Poco a poco el camino se iba escondiendo bajo el manto blanco.
Ralf y Richard esperaban a su familia.
Ya estaba todo dispuesto y cuando Ralf se acercó a la cocina a comprobarlo, todo había desaparecido.
Ralf llamó a su hijo ...
Richard! Richard!
Ven pronto ... alguien nos robó la cena de Nochebuena.
Richard miraba desolado ...
Quién ha podido ser papá?
Con el trabajo que nos costó tenerlo todo dispuesto, que cenarán los abuelitos y mamá y la tata...
Pensarán que no hicimos nada.
Esto es obra del maléfico genio Tururú, dijo convencido Richard.
Ralf le miró triste, como era posible está fatalidad. Sería la Nochebuena más triste de la historia.
Sin embargo Richard no se dejó amilanar, fue a su habitación y volvió con su capa y su chistera de mago. Ven vamos...
Y tomando su padre de la mano, hizo un pase mágico y ambos acabaron en la guarida de Tururú. Richard llamo con voz decidida, Tururú, ven inmediatamente. Tenemos que hablar. Tururú, que conocía las habilidades mágicas de Richard, acudió temblando. Casi encogido empezó a llorar.
Yo no quería dijo compungido. Pero todos se reúnen está noche a cenar y nadie cuenta conmigo. Richard miró a su padre Ralf y este comprendiendo lo que pasaba, asintió sonriendo.
Richard, sacó del bolsillo de la capa una varita muy especial, se quitó la chistera y la agitó ...
Inmediatamente se encontraban los tres de vuelta y en casa. Allí estaba otra vez la cena de Nochebuena...pero algo había cambiado.
Las patatas hervidas y la col frita habían desaparecido.
En su lugar había un gran pavo asado y jamón y turrones. Hasta botellas de cava encontraron.
Padre e hijo se volvieron hacia Tururú, el genio maléfico. Este se encogió de hombros y sonrió. La generosidad de Richard ... merece una recompensa y desapareció dejando allí todos los manjares del banquete.
En esto se oyó la puerta que se abría. La familia había llegado.
Fin

Rafa Marín

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