Cuál desbocado corcel,
este corazón mío,
que añora tus pie caminando,
junto a la sombra de los míos.
Sin otra esperanza,
que la del bajel hundido,
solo dejarse mecer,
por mil olas y su albedrío.
¿Acaso no he de merecer,
de tu boca su cálido suspiro?
Fui por ti Quijote,
un sueño que no sabe dónde está.
Antojo de tus ojos
y un tonto nada más.
Fui, Cyrano por una noche
y alma en pena todas las demás.
Fui ... soy, de tu boca sirviente,
para lo que quisieras mandar.
Pero eres silencio impenitente,
un milagro para recordar.
este corazón mío,
que añora tus pie caminando,
junto a la sombra de los míos.
Sin otra esperanza,
que la del bajel hundido,
solo dejarse mecer,
por mil olas y su albedrío.
¿Acaso no he de merecer,
de tu boca su cálido suspiro?
Fui por ti Quijote,
un sueño que no sabe dónde está.
Antojo de tus ojos
y un tonto nada más.
Fui, Cyrano por una noche
y alma en pena todas las demás.
Fui ... soy, de tu boca sirviente,
para lo que quisieras mandar.
Pero eres silencio impenitente,
un milagro para recordar.
Rafa Marín
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