Como un soplido que a las semillas
del diente de León a volar lanza.
La vida, esa impaciencia
que habita nuestra infancia
y que se vuelve torpeza en la vejez;
mientras en su mitad fue,
a veces gloria y nunca vana esperanza.
La vida, camino largo y a veces sueños
que sobreviven entre la matanza.
La vida, vagos recuerdos de la niñez,
oscuros algunos trajo en su correr
y ahora que ya nada debo temer;
viene la parca y con su risa me atrapa.
Rafa Marín
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