La tarde, como sombra pasajera,
trae un segundo de oscuridad.
No es que mi mente lo quiera,
es sólo que no para de pensar.
Las horas, como mariposas violentas
que solo quieren verte gozar;
pasan como nubes rápidas,
sin tiempo para soñar.
trae un segundo de oscuridad.
No es que mi mente lo quiera,
es sólo que no para de pensar.
Las horas, como mariposas violentas
que solo quieren verte gozar;
pasan como nubes rápidas,
sin tiempo para soñar.
Del ayer que más quisiera,
sólo el recuerdo quedará,
sólo el recuerdo quedará,
cuando ante mis ojos cual hada estuvieras;
desnuda y entregada,
para mí sed al fin saciar.
desnuda y entregada,
para mí sed al fin saciar.
Rafa Marín
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