Con un sueño en la mirada,
cuando sus manos contra su frágil pecho,
son como piedras apretadas,
miró,
corazón que de aquella rama,
cual fruto de la pasión se columpiaba.
Tristes golondrinas que en el cielo gris,
son negras sombras que danzan.
Con ese sueño que una vez vivió;
ahora la niña y su triste mirada,
buscan, AY! con adorable pasión,
al triste poeta que a sus sueños canta.
Rafa Marín
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