La necesidad de ser,
aunque sólo sea un momento,
divide este corazón,
que hace días es puro lamento.
Soñando siempre con volver,
voy dejando escapar,
las estás arenas sin tiempo;
recuerdos y un distante ayer,
donde enterrar mis miedos.
Locuras que no saben del amanecer,
siempre con el sol de los sin remedio;
unas veces urgentes como el café
y las más, con un mundo por enmedio.
Por eso; porque estoy por perecer,
no busco esa escusa de cuento.
Tan solo ver esta hierba crecer,
en las montañas de mis adentros;
verdes brillos que quieren nacer,
de este alma que se va muriendo.
Rafa Marín
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