Madres, Ángeles de un cielo,
atrapado en esta dura tierra;
a veces un quiero y no puedo,
trabajo que al amanecer empieza.
Ellas en cuyos ojos hay
Tristeza,
sonríen sin querer para ellos,
hijos, una bendición cuando llegan,
el tiempo los llevevará lejos.
Madres que entre faenas cantan,
para que las sientan sus pequeños,
entre fogones y desayunos atrapadas.
Madres que cada día sin complejos,
limpian, cosen, cocinan y planchan;
los hombres las quieren sin derechos.
Rafa Marín
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