Me atrapa el dolor de tu recuerdo...
¿por qué te tuviste que marchar?
No es la muerte si a pensar me siento...
es que sé que nunca de su abrazo te soltará.
Han pasado noches y días cruel invierno
y tus ojos glaucos siento que no cesan de mirar.
Tan perdido niño fui como duro me hizo el tiempo.
Tu día, siempre un hoy para mi será,
que el primer domingo de mayo lo siento
como el día de otra madre, la de Ricard.
Ya me voy despidiendo, sin flores ni miedos.
Rafa Marín
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