Pasan los días entre desencuentos,
aferrándome a la razón de amarte.
Te quiero y no quiero saber el por qué te quiero.
Sólo sé, que pienso en aquella noche cada instante...
Aferradas tus manos a las mías y mi miedo,
Mientra Ricard era esa nueva vida pujante.
Discusiones que vienen y van...como el viento;
del que nunca sabes hacia dónde soplará.
Pero es domingo de mayo y tú consciente,
las horas con nosotros otra vez compartirás.
Sueño que fue deseo de este alma loca,
de esta sinrazón que sólo te sabe amar.
A veces gruñón sargento entre razones,
a veces niño inquieto que olvida la felicidad.
Pero siempre hombre cariñoso que tiene...
ese preciado tesoro de saber de ti y tu soñar.
Feliz día de la madre
Con ese amor que me despierta tu presencia
Rafa Marín
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