Mientras besaba su piel en otra piel,
porque de tanto amar,
hasta de amar se olvidaba.
Yendo. ¡Oh! Destino cruel,
de boca en boca y su sed no saciaba.
Mientras náufrago el mar cruzaba,
para ahogarse sin entender,
que no sabe nada el amor,
de las insalvables distancias.
Rafa Marín
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