Bajo el azul escondido,
en estas nubes que pasan,
las aceras con sus brillos,
de su pobreza me hablan.
No mira el juego de los niños,
ni prisas que no le dan nada.
Es sólo un par ojos perdidos,
con un vaso que no canta.
La lluvia le volvió olvidó,
salpicadura de los paraguas.
Rafa Marín
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