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sábado, 11 de noviembre de 2017

Ayer

Sobre esta sombra
que todo lo cubre,
mil brillos hay,
el suyo se esconde.
Pasarán las horas,
son como semanas,
nadie hay que la nombre,
mi estrella fugaz.
Que fácil es despertar,
no tengo un sueño
que me invite a soñar.
Atrapado en esas dudas
que nadie comprende,
sin otra brillante luz
que me hiciera recapacitar,
tiré, cual reo que se sabe culpable,
las ganas que tenía de libertad. 
No tengo nada más
que mis lágrimas artificiales
y ese ya eterno...déjalo estar; 
siempre seré tu culpable.
Rafa Marín

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