En las cunetas de mi España
florecen las más bellas amapolas,
con ese rojo que a nadie engaña,
un mar de sangre tan puro
que con la brisa se hace ola.
Hay una sed en las cunetas olvidadas,
una sed de justicia que el tiempo no apaga.
Hay un temblor en sus labios
al oír cada coche que hoy pasa.
Si, en estas cunetas tan nuestras,
en las que como ríos corrieron
las injusticias bañadas de lágrimas.
En ellas nadie deposita con amor
azucenas ni rosas ni lirios de agua.
En ellas crecen las flores silvestres
que silenciosas a la libertad le cantan.
Rafa Marín
Algún día habrá justicia para todos, aún recuerdo las laderas de nuestras montañas, donde mi padre en silencio, me mostraba ramilletes de flores solitarios. Cris
ResponderEliminarGracias por tu comentario Cris
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