Correr hacia la dura y fría niebla,
como corre el incierto destino,
que por no encontrar aquí caminos,
se aferra a la solitaria piedra.
Corazón que mi pecho se encierra,
cantando a estos cuerdos desatinos,
de otro corazón que no es abrigo,
para llenarse de dolor y pena.
Asumir la vida desconcertado,
mientras todo sin ella va muriendo,
como mueren las flores sin pasado.
Siendo primaveras de un invierno,
en esa ilusión que ha quedado,
como el dulce susurro del viento.
Rafa Marín
Preciosa, Rafa. 😘
ResponderEliminarGracias, Quini.
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