Emulando a una santa,
de tanto morir sin morir,
el corazón se me está muriendo.
Tú, que ante mis ojos te plantas
y sin yo hoy quererlo,
del pecho él me salta,
para caer en los infiernos.
Quizás deba ser así,
pues lo mío es meter la pata
y esté justificado el tormento.
Rafa Marín
De todos modos, puedo recomendarte un buen cardiólogo.
ResponderEliminarSi lo ves necesario...
EliminarBuenas noches.
Gracias por el comentario