La noche,
callejones de sombra
y pintores de bote y carrera,
se abre como una flor,
que puede cortar cualquiera.
Allí,
donde se funden luz y farol,
columnas entre las piedras,
llega urgente una voz.
¡Alto! ¡Alto!
Todo son carreras de la sinrazón.
Libertad, gritan los ecos,
mientras entre risas, se alejan.
Rafa Marín
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