Tú, que sobre el blanco eres,
entre mágicos signos verbo.
Hoy, sin humos, desapareces,
para volver pródigo luego.
Del tiempo eres un recuerdo,
y al perderte sentí el trece,
de quien sin suerte fue juego.
Ahora que la tarde languidece,
y entre mis dedos te tengo,
serás viejo amigo, presente,
pues en forma de oda,
de tu sangre real, haré texto.
Rafa Marín
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