Hay, todos lo tenemos,
un miedo a veces vivo;
otras veces está muerto,
pero siempre consentido.
Hay, pero no lo creemos,
valor más allá de lo debido,
ese que tenemos dentro;
que nos hace estar vivos.
Como esos partidos sueños,
a veces por la injusta verdad,
que tan dolorosa ha sido.
Y otras, que más da ya,
por la vida que sin vivir se va,
mientras esperamos protegidos.
El miedo, escondido al mirar,
despertó en mí el valor antiguo;
ese, de intentarlo sin cejar,
hasta morir en el intento,
o volver otra vez a estar vivo.
Rafa Marín
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