Voz que exhala mi pecho,
en este turbio sentir
que es el calor que siento;
clamor de mi pura piel,
enrojecida de tormento.
Mi boca anhela el limón,
zumo que calme la sed
y me saque deste infierno.
¿Acaso no pagué ya?
¿No quiere darme paz
ese Dios al que no siento?
La noche es venturosa,
sombra oscura y falaz,
sin sirena y sus lamentos.
Que si ahora me quejo,
no es por ganarme tu piedad;
sino para sacar este dolor,
que es el de un metal ardiendo.
Mi carne que sufriendo está,
abruma al músculo gris,
que ahora en su delirio
de la vida está maldiciendo.
Rafa Marín
Me gusta, magnífico Rafa
ResponderEliminarMuchas gracias, Elen
EliminarMuchas gracias, Elen
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