Sobre los toldos tamborilea,
llevándose antiguos pesares;
el recuerdo de aquella mañana,
juguetes y la lluvia que cae.
Calles angostas y cielo gris,
lágrimas que el agua distrae,
que duro fue dejarte allí,
para correr como un cobarde.
Si digo, ¡que mal me sentí!;
el dolor lo sentimos iguales,
fue por no tener que mentir.
Tú y Yo, nadie más esto lo sabe,
una mañana tan triste y tan gris,
jamás lo volverá a ver nadie.
Rafa Marín
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