Rueda, rueda, opalina piedra,
¿acaso en tu camino la hallarás?
Después de tanta vida caminar,
todo se volvió corriente serena.
Un río manso que junto al mar,
incansable su murmullo lleva,
atrás quedó la cascada etérea,
cual ofrenda entregada al altar,
de mil diosas que no esperan.
Rafa Marín
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