Temblará hoy mi tierra,
bajo el acompasado son;
de las pesadas botas.
Lloraran las mujeres,
tras el paso de los lobos nocturnos
y quedarán saciadas las cunetas;
de sangre y carroña.
Pero nada importará,
porque serán los de siempre,
quienes escribirán esa historia.
Yo quizás habré muerto,
pero nuestros hijos e hijas,
lucharán por la libertad
que ayer fue mercancía vendida.
Rafa Marín
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