Siento el alma como una veleta,
dando este frío pensamiento,
paso a un dolor tan agudo,
que es una fe que a mí se aferra.
Son las verdades que yerran,
razones de un loco corazón,
que con cerebro no cuenta.
Ser que soy y que ahora empieza,
un camino que me pide andar,
tropezando de piedra en piedra.
Algún día tus murallas volverán,
Cádiz, que mis ojos a verte no aciertan.
Tú, que fuiste de todas la más puta
y también la verdad más cierta,
guardas en tus calles esas ganas,
que en mis venas se entierran.
Rafa marin
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