Como si de una vida se tratase,
vas y en tu madurez arrasas,
con esta rivera de mi cuerpo.
Crezco frente a ti y soy salto,
caudal que se estrella,
en esta brutal avenida,
de miedos y deseos.
Me quieres por esos lugares,
que son pálidas cicatrices,
en este último y cruel aliento;
sueños que dibujaron tu mente
y que se llevó el fugaz tiempo.
Tú que soñabas ser infinita,
te volviste mosca efímera.
Se te cerraron los labios,
por esta escasez de besos.
Que infames fueron mis versos
y que generosa tu ribera.
Rafa Marín
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