Hay rojos salpicando como nada,
el mármol blanco de los suelos,
hay una figura endemoniada,
que me recibe con recelo.
¡Ay!
De los días que no son barricada,
porque creemos ascender al cielo.
Tengo podrida esta torpe mirada,
acostumbrada desde hace tiempo,
a mirar a escondidas tu cuerpo.
Rafa Marín
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