Los tres matones se frotaban las manos, era la hora del patio y ese tipo nuevo, al que ya llamaban el sarnoso, se iba a enterar. Durante la mañana no se había reído con ninguno de los chistes y tonterías que "ELLOS" habían protagonizado. Es más, cuando "ELLA" se lo recriminó, no hizo el menor caso.
"ELLA", se sintió ofendidísima y escribió una escueta nota para los tres matones.
"A POR ÉL". Mientras los miraba con sus ojos seductores y llenos de vanas promesas, sonrió para sí.
En fin, que aquellos tres matones iban a dar el mayor escarmiento de la historia del patio del colegio al nuevo, al menos eso creían.
Pero llegaron al patio y el nuevo no estaba. "ELLA" casi se sintió aliviada, recordaba aquellos ojos bonitos de mirada dulce, la voz que recitaba poemas y su mente de demonio.
Porque había una cosa que los tres matones ignoraban. El nuevo y "ELLA" ya se conocían de otro patio.
"ELLA" odiaba su libertad, el desinterés que mostraba hacia su persona.
Por eso, ahora que se sabía dueña de aquellos tres pobres matones, descargaría sobre el nuevo todo su rencor.
Lo injurió, lo provocó, incluso atacó a aquellas personas que sentían algún afecto por él.
Nada de lo que hizo consiguió que el nuevo reaccionará. Hasta sus tres matones se cansaron de oíla. - Quizás, pensaban, no era como ella decía.
El nuevo, siguió bajando al patio, como todos, pero éste tenía un truco. Sólo podían verle quienes sentían afecto por él.
Fin
Rafa Marín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario