No ser voz para tener alas,
Ícaro que por ti sería,
penar de la noche al día,
como pecho en tu espalda.
Volar, si, cada madrugada,
feliz al hacerlo sería,
como sol en su armonía,
destapando su luz al alba.
Verdad que solo he soñado,
porque mi mente se enreda,
con el corazón por aliado.
Mis ojos verte quisieran,
sentir tu tacto en mis manos,
tu boca con la mía ardiera.
Rafa Marín
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