De este festivo repique,
bronce que en las alturas,
de esta mañana tan pura,
al cielo quiere decirle.
Mi voz tal vez hoy asuma,
vela que aleja al esquife,
que entre aconches maldice,
por no poder oír la tuya.
Sin paz quiero los quebrantos,
de tu boca la carcajada
y no interminables llantos.
De las alturas marejada,
desvestida nave de trapos,
para llegar a mí inundada.
Rafa Marín
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