Rogar y al hacerlo no rendirme,
a tus ojos como flor de la canela,
fuego que a los míos al fin condenan,
al mismo amor donde redimirme.
Para al final, sin romperse irse,
que sabrán los dioses que me gobiernan,
de lo que es sentir mi vida plena,
al percibir tu mirada de Circe.
No sentirme nunca abandonado,
que la felicidad se haya ido,
dejando tu recuerdo a mi lado,
es más de lo que siempre he querido,
aunque nunca pude besar tus labios,
poder decir: ¡En tus ojos he sido!
Rafa Marín
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