Eran y por siempre serán
amantes de la libertad.
Mujeres de manos curtidas,
de sueños altos...de verdad.
Alguna casi una chiquilla,
sin ser menos mujer que las demás.
Por republicanas pagaron su vida,
también por no dejarse acobardar.
Que valiente la horda fascista,
esta que hoy nos manda callar,
con sus leyes hechas a medida,
obligando al pueblo a olvidar.
Hoy es recuerdo de aquel día,
en el que cortando las rosas,
con la primavera quisieron acabar.
Rafa Marín
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