que bajo el agua esperan,
como ramas secas ardiendo,
como mi mirada y su olvido.
Almas entregadas a lo incierto,
suspiros que no saben a nada,
y mil palabras llenas de miedo.
Silencios que son madrugada,
callejones y sus deshechos.
Aventura de la cama callada,
cartones para bingo y juego.
Silencios de puertas cerradas,
atajos que llevan a los infiernos.