Yo no tengo
tan alta escalera
que a la luna
pueda llegar.
No tengo lazos
para a ella
como ternera
maniatada
a tus pies
poder tender.
Sólo tengo una
manos vacías
y un corazón
para querer.
Unos ojos que
piden
a los tuyos se
dejen hoy ver.
Tengo una pequeña
llama
que en el
pecho es tornado
y baila cuando
te ve.
También un
verso a tus labios,
y risa en mi
boca que verás nacer.
Tengo un trozo
de cristal
para mirar al
mundo del revés
y un canto en
la garganta
de mi
argentino cascabel.
Ya sabes, aquí
no hay plata,
la que brilla
cuando vienes.
Tengo la
mirada enamorada
de mis torpes
ojos verdes
y una paz que
pocos sienten-
Rafa Marín
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