Me entrego al placer
de sentirte a mi lado
mientras tus manos
son en mi caricias.
Fuego que despierta,
Ahora que el silencio
cual sudario me envuelve
siento la nostalgia
de tus atrevidas palabras.
La caricia de tu anhelo
y mi voz que te cantaba
en la distancia sólo versos
¿Por qué mi boca no se calla?
En este mundo de ausencias.
Como un regalo recordaba
en plena noche tu voz
que promesas me entregaba.
El sol resplandece, a verme viene
y la ilusión me devuelve.
La paz que hoy mi alma no tiene.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario