Volar, en el cielo que oscurece
y esta dura y eterna verdad.
Mi boca que en versos languidece,
porque quiere hacerte imaginar.
Tú, tan grácil, a veces indolente
y yo que no sé de ti, ni que pensar.
¿Quizás si fueras fuego que hoy prende,
susurro al que poderme agarrar?
Ese sueño siempre omnipresente,
que nunca apagará al despertar.
Un cielo en el que hechos convergen,
imaginación, ganas de amar.
Rafa Marín
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