Acabada ya toda esperanza,
mira la soledad del estanque.
La brisa que es un murmullo,
entre las hojas que levanta,
la Luna que en el horizonte se hunde.
Acaso no fueron ciertas las palabras,
pues del hogar eran luz y lumbre.
Un fuego que se consume
y del que tu ser hoy se aparta.
Rafa Marín
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