Encontrar la respuesta,
en el brillo de su mirada,
en el perfil de sus labios,
cuando se acerca enamorada.
Sentir su corazón palpitar,
la respiración entrecortada.
No pedir nada más a dios,
salvo quizás, otra vez,
repetir el sueño de madrugada.
Rafa Marín
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