En esta ya perdida luz,
que es la noche sin sus ojos.
Agachó derrotado la testuz,
entregarme a la voluntad del mazo.
Yo, que antaño fui cruel dragón,
en aquellos bosques extraños,
voy paseando hoy la inquietud,
de un alma rota en pedazos.
Ver, oír, sentir; un sueño de juventud,
que a mi, ahora se me niega.
Recordar que tuve plenitud,
como tiene la luna llena,
y verme anulado por un sol,
que mis ojos a cegar se niega.
Rafa Marín
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