Sobre la perlada alfombra del ser,
cien besos sobre tu espalda posar,
en este infinito del querer más,
aunque el alma tenga para perder.
Porque bajo esta gloria del amar,
no usar la voz para entretener,
ser amante sin miedo a perder
y rendido el corazón entregar.
Sin ser adiós mis versos se esconden,
bajo un palio de luz amarilla,
que mis ojos, cruel, descomponen.
Esta verdad que insensata brilla,
roja sangre que mis venas recorre,
para entregar, humillada la hombría.
Rafa Marín
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