Si de su roja y dulce boca,
cual pétalo de margarita,
un si audaz partiera.
Al cielo que conquistar no pudiera.
Alas como el astracán,
que suave y negro,
libre se alzarse,
para ser en su piel perdición
o quizás un simple tú.
Yo que ahora voy pareiendo,
mientras ella, cual amarilis,
va negando mis verdades,
porque sólo mi boca entrego,
en lugar de esta loca pasión.
Rafa Marín
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