Es viernes, de cocido y mantel.
De ganas de escribir,
tonterías en un blanco papel.
Es viernes de primavera,
como un beso sobre la piel;
recuerdos que se enredan,
porque tampoco hoy pudo ser.
Es viernes, almas dobles gemelas,
recitando algún poema tal vez.
Viernes sin sentir condenas,
para qué las he de querer,
si mientras el río ahí suena,
yo no te dejaré de querer.
Es viernes y merece la pena,
por un momento querer entender;
que por más que tu temas,
el mundo no se va a detener.
Rafa Marín
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