No llores corazón
porque ella se aleja.
¿Acaso no eres feliz
cuándo la golondrina llega?
Para verla tú venir ella
abandonó otras tierras.
Como quisiera ser
en sus labios poema.
Sentir en mi piel la pasión
de su aliento que quema.
Perecer en un instante
al compás de sus caderas.
¿Cómo ser su amante?
Saltan de mis ojos miradas
buscándola entre las gentes.
Esperando la imagino sin miedos.
En sus manos unas fotos
que son su único recuerdo.
Hechas todas sin conocernos
¿Dónde quedaron aquellas palabras?
Del cielo fueron nubes que pasaban.
Unas dieron amores y el resto amenazas.
Todas de su boca como jarros de agua.
Rafa Marín
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