Caía del cielo
un mar de lluvia
entre los truenos.
Tú de blanco lucias
como flor de loto
sus pétalos amaneciendo.
Yo entre asustado
de tu mano iba temiendo.
Todavía te llevo
como un vasto recuerdo.
Fuiste musa y a la vez
el peor de mis tormentos.
Enamorado en mi boca
de hojas caídas ponía versos.
Los tuyos decían cruel
que tu cuerpo era sexo.
La noche se calla ahora,
nada dice de ti el viento.
Se apagó su susurro
en las hojas del suelo.
Adivino la plaza vacía
los bancos húmedos.
Todo es sólo silencio.
Rafa Marín
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