Sin saber dónde está
el paraíso que todos
cantan en sus oficios.
Ella escondida se queda.
De la noche ya nada espera.
Antes su alma regalaba
por una noche sin frío,
pero ni el mismo infierno
caso alguno le hizo.
¿Quién será?
Alma atormentada que
a tus ojos se asomará
y con suaves susurros
de tu cuerpo se adueñará.
Las nieves que cubren
las lejanas montañas
son un
grito en esta
estéril madrugada.
Así dormida te quedas
otra noche más que será
solo sueño y fantasías sin realizar.
Rafa Marín
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