Arenas blancas
y noche
de estrellas y
sueños.
Aguas frías y
tu piel
de sal siempre
bañada.
Recuerdos...
Verte correr
con esa
natural desnudez
que siempre
lucías.
Tu pelo negro
y tus ojos verdes,
las pecas de
tu cara
y aquel lunar
que amándote
descubrí.
Sueños de
juventud
que hoy riega
mis macetas.
Como la lluvia
de este otoño
que por fin se
acerca.
Nunca te olvidé
del todo
y nunca por ti
lloré.
Quizás aquella
tarde,
tu hermano
llamó,
me dijo que te
marchaste
con mi nombre
en los labios.
Rafa Marín
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