No sé ser
feliz.
Me pierdo en
montones de sueños,
efímeros
momentos que me empujan
a los bosques
tenebrosos de una vida
que aún no
entiendo bien.
Miradas
perdidas
sobre un montón
de escombros.
Quisiera
correr, pero no veo a dónde huir,
soy ese pobre
animal enjaulado en un toril,
que atraviesa
las puertas de su reja
hacia un coso
desierto y callado.
¿Qué esperar
de la vida?
Todo se vuelve
oscuro al despertar,
noches de
insomnio y vagar.
Siempre
callando y dejando pasar el tiempo
como única y urgente
necesidad.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario