A veces, sin conorerte,
me tomo la osadía.
Lanzo al aire versos,
suspiros de esta vida mía.
Arrancarme el corazón,
que preñado de sangre,
en tus manos posaría.
Nadie sabe de este verbo,
que se muere y te hace poesía,
que cuando te miro niña,
mil estrellas del cielo bajaría.
Rafa Marín
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